El conflicto por las tierras de una carretera en medio de las selvas de Vaupés
La vía se extiende por el sur de Mitú, la capital de ese departamento, y ha generado tensiones entre las comunidades indígenas, campesinas y el Estado. Hace 10 años el Gobierno le quitó el carácter de reserva forestal, lo que abrió la puerta a una colonización que pone en riesgo al ecosistema.
La ciudad de Mitú es una especie de isla en medio de la selva. Se encuentra a orillas del río Vaupés, a menos de 50 kilómetros en línea recta con la frontera con Brasil, en medio de una selva tupida que se extiende al infinito desde la cima de las enormes rocas que se encuentran en esa zona de la Amazonia colombiana.
En medio de ese paisaje, como una larga herida, se extiende una larga zona deforestada, que parece un desierto en medio del bosque. Se trata de un área de aproximadamente un kilómetro a lado y lado de una carretera de unos 20 kilómetros que sale de la ciudad hacia el sur, en la que se observan varias fincas y rocas que arden en medio del fuego para la extracción de gravilla.
Esa “herida” en medio de la selva es solo un fragmento de una carretera de cerca de 100 kilómetros, proyectada desde hace décadas y que quedó por fuera del Gran Resguardo de Vaupés. Esa franja de tierra también perdió su carácter de reserva forestal en 2013 ante una decisión del Gobierno colombiano, lo que ha llevado a una tensión por la propiedad y el uso de estos terrenos entre colonos que han llegado a la zona en diferentes momentos y las comunidades indígenas que las consideran parte de su territorio ancestral.
Miembros de las comunidades indígenas que habitan en la zona, que provienen de 26 etnias, de 11 comunidades vecinas o que viven dentro de la franja, señalan que el Estado debe poner límites a la colonización de la zona, para que la carretera no se convierta en una forma de extender la deforestación y la pérdida de su territorio. “Desde hace más de 20 años, varias comunidades indígenas han migrado a esta zona de la carretera y queremos que se respeten nuestros derechos”, afirma Gabriel Paiva Vieira, coordinador de medio ambiente y territorio de la Asociación de Autoridades Tradicionales Indígenas de la Carretera aledañas a Mitú-Bogotá-Cachivera (AATAC), que reúne a las comunidades de la zona.